Mi hijo es bastante deportista y el domingo pasado me solicitó que le sirviera de carro acompañante en su entrenamiento de ciclismo de ruta. Preparamos todo pero no fue posible encender el carro. Después de mucho intentarlo llamamos a una compañía especializada en grúas, ya que él tiene un seguro que le otorga el servicio de desvare. Los talleres estaban cerrados, era domingo, y nos prometieron que el lunes a las 7:30 de la mañana recogerían el carro en la dirección que indicamos para llevarlo al taller.
A las 7:30 am no había llegado la grúa. A las 8am recibimos una llamada del conductor de la grúa que estaba perdido buscando la dirección. Le preguntamos en dónde estaba, y él respondió: voy pasando por el mirador, rumbo al retén, ante esto le dijimos que si seguía por ese camino no llegaría nunca, que se situara en el Centro Comercial Santafé que queda en la segunda transversal cerca del Barrio la Calera donde lo estábamos esperando.
A los 30 minutos nos repite la llamada y nos dice: nadie conoce por acá el Centro Comercial Santafé. Nos pareció bastante extraño porque es uno de los centros comerciales mas conocidos de Medellín. Para poderlo guiar mejor le dijimos: díganos específicamente ¿donde está? -Estoy en la carrera séptima y voy a coger para la Calera. Nos sonó conocida esa dirección y su acento bogotano así que le preguntamos ¿Usted esta en Bogotá? y su respuesta fue: Si claro.
Un típico caso de falla en el resumen de acuerdos, haber dejado muy clara la dirección donde se debía recoger el vehículo, que hizo perder tiempo al conductor en Bogotá, a los que estábamos en Medellín que tuvimos que cancelar varias citas por esperar la grúa, más el dinero que se perdió por la contratación de otra grúa para la ciudad de Medellín.
Entrenador: Luis Bernardo Vélez