Era asesora de un concesionario y trabajaba en créditos de vehículo. Cierto día un asesor de vehículos me refirió una pareja de adultos mayores interesados en la compra de un vehículo a través de un crédito con una entidad financiera.
Realicé la presentación de la financiera y con la intensión de realizar un buen acercamiento, les pregunté por su composición familiar, y me respondieron que su familia estaba compuesta solo por ellos dos; sin pensar les dije: “que bueno, ustedes a esta edad ya están disfrutando y no tienen gastos con hijos, pues estos ya deben estar grandes”. Los clientes se miraron a la cara, cambiaron el aspecto de su rostro. Después de un buen rato me dijeron que siempre tuvieron la gran pena de no poder tener hijos.
Terminamos e hicimos el cierre el negocio. Yo sé que hicieron la compra por la necesidad de un nuevo vehículo, pero yo cometí un error de acercamiento y ellos perdieron la confianza en mi.
Entrenador: Gabriel Rodrigo Toro